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LA GRAN PREGUNTA QUE SIEMPRE DA VUELTAS ES… Parte 2
Podrías llegar a pensar: “¿Qué tal si conoce a otra persona?” Es probable que eso suceda. Pero si puede ser más feliz con otra persona, es mejor que descubras eso ahora y no después.
Si la relación es un “enamoramiento” y no sobrevive, es mejor descubrirlo antes de que sea demasiado tarde.
Cuando solo es un capricho, los novios suelen discutir. Quizás se besen mucho en las reconciliaciones, pero al avanzar el tiempo las discusiones se hacen más y más frecuentes y más y más severas. Su relación se vuelve como la de dos puercoespines en el invierno. Cuando están separados, tiemblan de frío, pero cuando se juntan, se lastiman. Y cuando hay amor verdadero, las cosas no funcionan así, lo que menos quieres es lastimar a la otra persona.
Si la amas, es tu obligación conquistarla. No le mandes un disco de tu salmista preferido de regalo y menos de algún reggaetonero. Ya van a tener tiempo de servir a Dios juntos, pero te doy mi palabra que no la vas a enamorar regalándole un nuevo testamento. Un bolero interpretado por Armando Manzanero o Luis Miguel la va a derretir, por ejemplo (no me importa que los religiosos me llamen apóstata por esto, sigo pensando que no hay nada que exprese mejor lo que uno siente, que una bellísima canción romántica, y si no me creen, lean Cantar de los Cantares). Cada vez que Montaner me manda alguna primicia de una nueva canción, no dejo de felicitarlo y lo aliento a seguir componiendo temas para enamorar; sin duda es un don que le ha regalado el Señor.
Y en el caso que como mujer quieras tomar la iniciativa, (aunque él se haga el macho recio) puedes enviarle un MP3 con una canción que resuma todo lo que sientes o simplemente transcribirle la letra. Cuando yo era joven (hace muuuucho) había una canción de moda de un grupo mexicano llamado Pandora que tenía un hit llamado: “¿Cómo te va mi amor?”, que decía: “Que sorpresas da la vida, encontrarte en plena calle… fue una chispa en mi equilibrio, dinamita que estalló. Te encontré un poco más flaco, fue mirarte y derrumbarme, te creí asunto olvidado… otra vez me equivoqué. ¿Cómo te va mi amor? ¿Cómo te va? en el silencio la pregunta entre tú y yo; ¿Eres feliz? mi bien…sin engañar, porque a mi puerta el amor nunca volvió. Fue un encuentro tan pequeño, que no pude sincerarme y decirte te extrañado como nunca imaginé. Desde entonces como espuma, creció un miedo a quedar sola, porque no encontrado a alguien que me llene igual que tú…”.
Si le dedicas una canción así y él te sale con que sos cursi, es porque en vez de un romántico, es un hombre de crogmanón y más vale perderlo que encontrarlo. Si ahora no valora el romanticismo, el día que te cases con él, te va a querer llevar arrastrada de los pelos hasta el fondo de la caverna.
En el caso de los varones, tampoco juegues a ser Neruda, porque si es impostado, ella lo va a notar; no hay nada peor que un tipo que quiere hacerse el poeta y no le sale. La famosa frase: “No sé lo que significa esta poesía, pero te la mando porque me pareció linda”, espanta a cualquier mujer. Las mujeres son románticas, pero no descerebradas. Ellas son más prácticas de lo que suponemos.
Yo recomiendo ser romántico pero con tus propias palabras, como en la famosa película “Cuando Harry conoció a Sally” interpretada magistralmente por Billy Crystal y Meg Ryan, donde él le dice: “Me gusta que tengas frío cuando afuera hace 21ºC, me gusta que te cueste una hora y media pedir un sándwich, adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco, me gusta oler tu perfume en mi ropa después de pasar el día contigo y quiero que seas la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches”. Es verdad que no tiene nada de poético, pero no hay nada que enamore más a una mujer, que el corazón desnudo de un hombre.
Y si nada de eso resulta, utiliza el método de Forrest Gump: “Puede que no sea muy listo… pero se lo que es el amor…”; eso es todo lo que una mujer necesita escuchar de un hombre.
Por Dante Gebel